Lot 92: ESTEBAN LISA (HINOJOSA DE SAN VICENTE, CASTILLA LA MANCHA, 1895 - BUENOS AIRES, 1983)

ESTEBAN LISA (HINOJOSA DE SAN VICENTE, CASTILLA LA MANCHA, 1895 - BUENOS AIRES, 1983)
COMPOSICIÓN
óleo sobre cartón
30 x 23 cm
Anverso y reverso pintado hacia 1935.

Madrid, Galería Guillermo de Osma, Esteban Lisa, 1988, cat. 6, il. pág. 19.
Nueva York, Galería Ramis Barquet, Esteban Lisa, Image, Form, Force, Movement, 2 noviembre 2006 - 19 enero 2007, cat. núm. 2, il. págs. 26 y 27.

Colección del artista, Buenos Aires.
Galería Guillermo de Osma, Madrid.
Colección privada, Europa.

PROPIEDAD DE UNA IMPORTANTE COLECCIÓN EUROPEA
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Para conquistar el Cosmos, sería necesario experimentar primero -a la manera de Cézanne- con elementos del mundo real. No resulta casual que Esteban Lisa pinte, alrededor de 1935, cilindros y esferas superpuestas sobre planos de color. Estos ejercicios registran, primero, el objeto como elemento visual y, segundo, le permiten investigar la relación entre forma y fondo. A partir de ese momento, Lisa se mantendrá dentro de la abstracción, y sus experimentos continúan con obras articuladas por pequeñas formas triangulares o trapezoidales. Esto lo define como uno de los primeros abstractos latinoamericanos junto a Torres-García (1874-1949).
Composición, el óleo de doble faz que se presenta, no está fechado ni firmado. Desde el punto de vista estilístico, la pintura del lado 1 probablemente date de alrededor de 1938-1940, y es un excelente ejemplo de las estructuras de formas Geométricas realizadas por Lisa, enmarcada por bandas de color que les confieren unidad visual. Enraizada en la tradición cubista, esta pintura muestra la voluntad del artista por crear un lenguaje pictórico que se caracteriza por sus largas pinceladas y abruptas acumulaciones de materia en pequeñas áreas que hacen vibrar los planos de color de manera diferencial. En este caso, los colores se mantienen dentro de una ceñida gama de castaños y tonos terrosos que, como señala César Paternosto, responden a una tonalidad parca, "rioplatense", pero también a las tonalidades místicas de un Zurbarán. Estos sabios juegos con planos monocromos y variaciones texturales inesperadas nos remiten a las pinturas de Liubov Popova y de Aleksei von Jawlensky, artistas prácticamente desconocidos en el aislado cenáculo donde Lisa se atrincheraba. De esta manera, Lisa se aparta de los dogmas del Neoplasticismo y del Arte Concreto, como sucederá más tarde con Jackson Pollock y los informalistas europeos. La pintura del lado 2 es del mismo período, y el tratamiento pictórico es similar, pero con una gama de colores más vivos. Ahora el propio cartón actúa como continente.
Lisa, como Cézanne, Barnett Newman y Philip Guston, al enfrentar el cartón vacío, intenta vencer el caos y los clichés que lo amenazan, y así logra transformar sus conflictos en actos pictóricos. Pero Lisa no se satisfacía con sólo energizar el plano pictórico con estos impactos, ya que, como apunta Stéfan Leclercq -filósofo y artista belga, la estructura de estos planos restringía en parte el movimiento. Es por esto que, alrededor de 1941, Lisa deforma esas figuras y las somete a un intenso bombardeo de líneas rectas y curvas, marcas, signos, puntos, rayas, trazados con generosas pinceladas cuyo carácter háptico provocan vibraciones e intensos ritmos que dinamizan el plano pictórico.

Esta obra está registrada en el Archivo de la Fundación Esteban Lisa en Buenos Aires, con el núm. de inventario III/49.